domingo, 26 de septiembre de 2010

Cosas divertidas para ir de vacaciones a Caracas (guía para turistas) (1)

En Caracas, Venezuela, el "pop" tiene un tinte bastante particular. No haré mayor explicación al respecto, lo dejaré a ser inferido. Sólo dejaré a la reflexión cómo la paranoia política se convierte en producto de consumo. Postearé lo que veo mientras me encuentro aquí, este lugar que, en algún momento, fue mi amable ciudad. 


Cada producto está tan impregnado de localismo que quizás no sea tan sencillo explicar qué significan. En fin, lo pondré aquí sin más, a ver si alguien que pase por este blog se le ocurre alguna opinión (aparte del silencio). Por ejemplo, hoy fui a votar en las elecciones parlamentarias. Las redes sociales, la televisión, los teléfonos móviles se llenan de fotos de personas que quieren comprobar a los demás que ellos también han votado. Ej: 


Yo también tengo mi dedo pintado. Lo divertido es que cuando volvía después de votar, pasaron a mi lado más de cincuenta hombres en moto, haciendo gran ruido, con armas en mano, supongo para marcar territorio como animal que mea (aunque los animales no tienen necesidad de mostrar su falo para decir que son los amos). Obviamente no pude hacer ninguna foto porque estaba un poco cagado. Pero se veía como esto:


 
Los delirios de grandeza, la creencia de que se es el ombligo del mundo, de que somos benditos, la tierra de lo posible y otra gran cantidad de convenciones de autoengaño social y política idiota, empapan todo de un aura contradictoria, barroquísima, entre ser chic y ser mártir, nos movemos entre la más estúpida frivolidad y la más romántica vehemencia; nos encantan los excesos, la forma de vida entre hedonista y masoquista.  En fin, estos son juicios personales, no obstante, puedo hacerme ciertas preguntas "civiles" y válidas para todos: ¿por qué es normal en Venezuela que pasen cincuenta hombres en moto a tu lado llevando armas con las que pueden matarte? ¿estamos más enfermos de lo que podemos siquiera imaginar?

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