Esos artistas como Metallica, que utilizaron su poder, sus fans y su falsa modestia para destruir en lugar de dialogar con una expresión de la cultura. Aquella actitud desencadenó lo inminente, la proliferación histérica de otras redes P2P. No hay duda que el mundo ha cambiado mucho en tan solo una década y que el futuro de las discográficas (al menos de la venta de CD's) tanto como el de los vídeoclubs, tiendas de discos y próximamente macro librerías es bastante incierto, pero la cultura es impredecible, tanto, que sus expresiones simplemente surgen, mostrando que su verificabilidad es directamente proporcional a los métodos arbitrarios que se usan para silenciarla. Mucho de esto se lo debemos a las necesidades culturales que Napster, como tantos otros hicieron realidad.
El movimiento de la cultura es impredecible, pero siempre está en la búsqueda de un sentido. Y este sentido lo encuentra en las prácticas. Para finales del siglo XX, el posicionamiento de internet como democratizador de la información y la música, finalmente vendría a establecer el evento definitivo que obligaría a la cultura rock, que había gozado de una inmensa fama décadas atrás, a modificarse para sobrevivir, aunque esta búsqueda de caminos atañera a "venderse" a la industria musical. En 2000 la red de distribución de archivos de persona a persona (P2P) Napster fue demandada por Lars Ulrich, baterista (y responsable de finanzas) del grupo de rock Metallica.
Fue una de las primeras ocasiones en las que el problema de la piratería a través de Internet llegaba a la esfera pública. Una “estrella” del Rock demandaba a un desconocido por haberle robado millones de dólares a él y a su grupo en flagrante violación a los derechos de autor. Algo que en principio parecería lógico, se convirtió en un evento cultural que pensamos abrió las puertas para el intercambio de la posición del artista, cada vez más desmitificada, por la cualquier fan desconocido.
En efecto, esta demanda no sólo afectaba y descalificaba a creador de la red, sino a todos los fanáticos que habían bajado las canciones del grupo. El desconocido, llamado Shawn Fanning (junto a Sean Parker), de pronto se convirtió en el verdadero defensor del arte y el discurso anti-capitalista (que alguna vez el rock pretendió ser con respecto al pop) en contraste directo con el ambicioso baterista de Metallica. Metallica, además un grupo de metal, seguido por millones de fieles melenudos con ideología de acero. Fanning se vio obligado a desconectar cerca de 300.000 usuarios que habían descargado las canciones del grupo que amaban, siendo ellos mismos parodiados por el propio Ulrich en una promo de MTV, otro espacio antes pretendidamente independiente. Metallica era la víctima, pobre e hipócrita, que ganaba todavía millones de dólares al día.
Así, ese año, en los premios MTV de 2000, Lars Ulrich bombardeó a los televidentes con clips maniqueos y generalizadores donde se representaba la descarga de música como una práctica delictiva pero de manera cursi y tonta. Estos espacios, nada efectivos visualmente, en mi caso, provocaron una mezcla de risa con náuseas. Lars no lograría tantos aplausos en la sala con sus clips como Fanning cuando salió al proscenio. Sería el presentador sorpresa de uno de los renglones y, en ese momento el director enfocó la expresión visiblemente molesta de Ulrich, quien se encontraba en el público, pues Shawn vestía su mejor arma.
Entonces, la práctica de la cultura, como la puedo entender, cobraría total significado y efecto, en el momento de su decodificación: este anónimo Fanning llevaba una camiseta con el logotipo de Metallica y con él se relegitimaba, demostraba ser un verdadero fan. No había mejor representante del héroe rock que aquel desconocido (que luego también se forraría) frente al falso héroe "venido a menos", que representaba Ulrich con los bolsillos llenos de pasta diciendo "que se jodan los fans".
Ya sabemos de quién fue la última palabra.
Hoy, diez años después de haberse convertido en un portal para comprar música, Napster ha sido vendida dos veces por varios millones de dólares primero a Roxio, luego a Best Buy... no tenemos rastro de su creador. Metallica tiene su Guitar Hero :)
God Bless America.
Hasta pronto, Shawn.